QUERER, SABER como y PODER colaborar. La trilogía para proyectos productivos! (5 min de lectura)
Para fortalecer el impacto y la sostenibilidad en cualquier proyecto de cambio e implementación de nuevos procesos, diseñar la arquitectura participativa de los actores es vital. Clave para ello poder subsanar las brechas en 3 verbos claves:
QUERER hacerlo: En definitiva la actitud de cada partícipe frente al proyecto y en general la disposición del colectivo a participar y comprometerse, es un punto definitivo para el éxito del proceso.
Lograr la implicación necesita, entre otros, diseñar una propuesta de valor que conecte a las personas y que muestre un balance entre los costos y los beneficios en un corto plazo; diseñar mecanismos para captar el interés de todos y buscar su participación; buscar compromiso de la dirección con el resultado de la acción colectiva; diseñar el contenido de la convocatoria para captar este interés y participación; repartir las tareas entre los participantes y buscar un buen grado de empoderamiento durante el proceso son algunas acciones para convocar este querer.
SABER hacerlo: En primera instancia, tener en cuenta una formación previa en habilidades colaborativas para que sepan cómo aportar valor. Para un mediano y largo plazo, es necesaria la formación aptitudinal para una pedagogía de lo colectivo haciendo énfasis y mostrando las evidencias de su beneficio a la vez que se siembra una cultura auténtica de respeto, afecto y cuidado. En segunda instancia, escoger una metodología efectiva para la reflexión y acción colectiva de las tantas para Facilitar procesos colectivos teniendo en cuenta que entre más complejo el mecanismo participativo mayor la aptitud requerida. por ello diseñar procesos intuitivos, aprender haciendo y para entregar los conocimientos y las habilidades en un espacio seguro y de confianza.
PODER hacerlo: Revisar el contexto organizacional para validar si favorece o frena la participación genuina en la iniciativa colectiva. Validar que se tenga tiempo de calidad para dedicarse al proyecto, validar que se cuenta con el mandato institucional sincero, expreso y claro para alentar la sana participación, diseñar contextos que estimulen los comportamientos adecuados y crear las condiciones para una participación saludable son algunos puntos a verificar.
En un diagnóstico inicial, validar donde están las carencias en cada uno de estos puntales claves, maximiza el porcentaje de éxito en el proyecto o proceso a desarrollar.
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